sábado, 26 de marzo de 2011

Estoy siempre en el lugar adecuado en el momento adecuado.


El tipo de consejo interior que te ayuda a estar en el lugar adecuado en el momento adecuado, supone tu conocimiento de tus pensamientos normales y la atención prestada a los que son distintos. Por ejemplo, sueles seguir un itinerario determinado cuando vas al trabajo en coche pero, un día, se te ocurre seguir otro. Quizás hayas tenido este impulso con anterioridad pero, en esta ocasión, reconoces una sensación de urgencia en él. Te desvías por este otro recorrido y, mientras conduces, escuchas en la radio que se ha producido un atasco en tu ruta habitual. Aquellos pensamientos que provienen de tu guía superior, tendrán una cualidad o sensación sutilmente diferente. Puedes aprender a distinguir entre tus consejos interiores y los que no lo son actuando según estos sentimientos y pensamientos sutiles y observando los resultados.
Otro ejemplo: deseas comprar un artículo determinado pero no te ha sido posible encontrarlo. Has pasado varios días llamando y visitando tiendas pero sin resultado. Un día, surge en tu mente la imagen de cierta tienda y la urgencia de visitarla aunque normalmente no compras allí. Haces caso a esta urgen­cia inusual y vas a la tienda. El artículo que has estado buscando acaba de llegar y puedes comprarlo. Pensándolo, te das cuenta de que no hubo urgencia real ni imagen que te indujera a visitar las tiendas anteriormente tanteadas. Te fuiste de compras porque esperabas encontrar lo que querías, ignorando el hecho de que tus sentimientos y tus imágenes mentales no te condu­cían a esas tiendas.
En ocasiones, es mejor esperar y no actuar hasta que un pensamiento, sentimiento o imagen te indique la acción a emprender. Esperando a esta indicación con respecto a la acción a tomar, eliminas trabajo innecesario y te ayuda a estar en el lugar adecuado en el momento adecuado, creando fácil­mente y sin esfuerzo las cosas que deseas.
Piensa en algo que deseas. ¿Se te ocurre alguna acción que, emprendiéndola, te llevaría a donde quieres ir? Puede tratarse de algo muy sencillo, como hacer una llamada telefóni­ca o acudir a la tienda que se te ocurra cuando quieres comprar algo. ¿Estás dispuesto a tomar esta acción? Decide cuándo. Si no recibes consejo alguno en este momento acepta no actuar sino seguir tu alegría paso a paso. Presta más atención que de costumbre a tus pensamientos sobre este objeto de modo que cuando surja una imagen de la acción a emprender, seas consciente de ella. Cada vez que piensas en lo que deseas, tómate un rato de tranquilidad para observar las imágenes que se producen con respecto a la acción adecuada.
Los impulsos de tu alma, las verdaderas premoniciones de tus consejos interiores, se ocupan de cosas con las que ya estás familiarizado, directa o indirectamente. Estos impulsos te dan tanto las ideas como el ímpetu para actuar. Si sientes la urgencia de hacer algo del que no sabes absolutamente nada, necesitarías meses para hacerlo adecuadamente y no dispones de tanto tiempo; probablemente se trata de un capricho pasaje­ro y no de un consejo interior. Las acciones a las que te impulsan tus consejos interiores, son los lógicos pasos siguientes a lo que estás haciendo o son pasos que puedes dar con tus conocimien­tos actuales. En ocasiones, sentirás la urgencia de adquirir cierta información y, más adelante, vendrán los consejos refe­rentes a la acción a tomar de acuerdo con la información adquirida. Raras veces son estas directivas urgentes; se te da tiempo suficiente para que las lleves a cabo a un paso que te sea cómodo.
Un modo de desarrollar y escuchar tus consejos interio­res, consiste en mirar hacia los éxitos pasados y preguntarte "¿Cuáles eran mis sentimientos y pensamientos en el momento de tomar aquella decisión y actuar?" Piensa en algo que com­praste y que consideras una compra excelente. ¿Puedes recor­dar cómo te sentiste a propósito de su adquisición? Aunque pudiste tener momentos de indecisión, quizás hubiera un "saber" interior que te guiaba. Si te remontas a tus decisiones de gastar dinero en algo que no te sirvió bien, probablemente recuerdes que tu "sentido interior" era distinto de cuando compraste algo satisfactorio.
Si se produce una situación que no te gusta, puedes hacer una retrospección y examinar los sentimientos o pensamientos que tuviste y que trataban de guiarte hacia una dirección distinta. Tu yo superior te está enviando constantemente con­sejos acerca de cómo conseguir resultados de la manera más sencilla y alegre posible. Estate alerta para escucharlos. Desa­rrolla la costumbre de prestar mucha atención a tus pensamien­tos y sentimientos antes de actuar. Conoce tu forma de pensar y sentir habitual, para poder reconocer los cambios sutiles. Haciéndolo, estarás más alerta y tendrás mayor conciencia de los consejos que recibes constantemente.

DEDICO TRANQUILOS RATOS A LA REFLEXIÓN; ESCUCHO A LOS CONSEJOS DE MI INTERIOR.
Los consejos de tu interior referentes a tu camino y dirección futuros suelen venir cuando estás tranquilo y reflexivo y realizas actividades que te abstraen de tu nivel de concien­cia normal. Estos consejos tendrían la forma de un pensamien­to, sentimiento, imagen o ensoñación de lo que te gustaría estar haciendo. Podrían aparecer y crecer cada vez que estás tranqui­lo. Puedes desarrollar este tipo de consejos dedicando más tiempo a la tranquilidad, relajación y reflexión acerca de tu vida. También las actividades atléticas o creativas pueden desenca­denar este tipo de intuición. Podrías tener inesperadas intuicio­nes mientras pintas, dibujas, tocas o creas música, corres o nadas. Actúa según estos consejos; si evitas constantemente los consejos percibidos, te será cada vez más difícil oír o reconocer los que vendrán en el futuro.
Cuando se te ocurra una idea no la analices demasiado preguntándote "¿Me creará esta idea un nuevo camino, será beneficiosa, me mantendrá el resto de mi vida?" Las ideas son como semillas; cuando acaban de brotar, normalmente no sabes qué forma tendrán cuando crezcan. Simplemente sigue tus impulsos alegres y tus ideas adoptarán las formas que mejor te sirvan.
Sanaya Roman y Duane Packer

No hay comentarios:

Publicar un comentario